Por: Sandy Mora
“La esperanza es el sueño del hombre despierto” – Aristóteles
Introducción:
En el tejido de la existencia humana, la esperanza se presenta como una fuerza potente, un faro que ilumina incluso los momentos más oscuros. Es paradójico que se requiera de la adversidad para que surja la esperanza, pero es la contrafuerza y luz que nos saca del oscuro estancamiento para poder evolucionar. La esperanza es el motor de cambio de la humanidad.
En este período de festividades decembrinas en todo el mundo y en diferentes culturas, las luces brillantes y las tradiciones compartidas nos sirven como un recordatorio tangible de la importancia de la esperanza. Es una oportunidad para reencenderla, recordando que la esperanza no solo es un sentimiento, sino una fuerza activa y forma de ver el mundo que puede transformar nuestras vidas y al mundo mismo.
Culturas y Festividades sobre la esperanza:
* La Luz como símbolo de esperanza y Renovación:
– Hannukah, para los judíos celebra la victoria de la luz sobre la oscuridad encendiendo la menora con 7 velas.
– Kwanzaa, en la cultura afroamericana, se enfoca en siete principios comunitarios, simbolizados por la iluminación de la kinara, representando la esperanza para un futuro mejor.
– La Navidad conmemora el nacimiento de Jesús, simbolizando la esperanza y el amor a través de la iluminación de árboles y velas.
Todas estas festividades resaltan la importancia de la familia y la comunidad, promoviendo la unión y el apoyo mutuo. En todos los casos, actos de generosidad, como regalos y compartir, fomentan la compasión y fortalecen los lazos sociales, alimentando la esperanza. Cada festividad impulsa la reflexión sobre valores y metas, inspirando la esperanza a través de la resiliencia, el llamado a ser mejores, al crecimiento personal y también la fe.
Pero ¿Qué es exactamente la esperanza?
La esperanza, es una forma de mirar el mundo basada en la creencia de habrá un futuro mejor y de que tenemos la capacidad para crearlo, que genera un estado emocional positivo y posibilitante. Es una perspectiva de vida que se puede enseñar y entrenar. No nada más influye en nuestro estado de ánimo al activar la neuroquímica del bienestar de nuestro cerebro y activar nuestro sistema reticular activador ascendente, sino que tiene una serie de beneficios adicionales.
Cuando no hay esperanza, se pierden el sentido y las ganas de vivir. Cuando hay tristeza sin esperanza, caemos en depresión. Cuando hay impotencia sin esperanza, caemos en indefención. Cuando hay miedo sin esperanza, caemos en ansiedad. Cuando hay soledad sin esperanza, caemos en aislamiento. Cuando hay dolor sin esperanza, caemos en insensibilidad… Es la esperanza la fuerza que nos da el combustible necesario para movernos y avanzar.
Diferencia entre Fe y esperanza:
Muchas veces se usan ambos términos de forma intercambiable, y aunque es común que coexistan y que juntas logran resultados increíbles, me parece importante explicar la diferencia: La Fe se sustenta en un poder que va más allá de mi, algo que no puedo ver ni explicar pero que creo firmemente que existe. La esperanza se basa en la confianza que tengo en mis propias capacidades de incidir positivamente para mejorar el futuro.
Razones para Nutrir la Esperanza:
- Fortalece la Resiliencia: La esperanza nos brinda la capacidad de superar desafíos, persistir ante adversidades y adaptarnos positivamente.
- Mejora la Salud Mental y Física: Estudios vinculan la esperanza con una mayor salud mental, reduciendo el estrés, la ansiedad y contribuyendo a una vida más longeva.
- Fomenta la Persistencia: Al activar el sistema de recompensa, la esperanza motiva a trabajar hacia metas a largo plazo y superar obstáculos temporales.
- Mejora las Relaciones Interpersonales: La actitud positiva derivada de la esperanza crea entornos propicios para relaciones saludables y conexiones más sólidas.
- Incrementa la Felicidad: Mantener la esperanza contribuye a un sentido general de bienestar y satisfacción con la vida.
- Mejora la recuperación de los enfermos y la longevidad: Estudios han encontrado una conexión entre niveles altos de esperanza y la recuperación de pacientes con enfermedades crónicas, así como una conexión entre la esperanza y la longevidad.
La Ciencia de la Esperanza y sus expertos:
Más de 2000 estudios en el mundo respaldan la influencia directa de la esperanza en el bienestar, la salud y la resiliencia. Se ha encontrado que mejora la salud física y psicológica, fortalece las relaciones sociales e incluso contribuye al éxito académico de los niños.
Chan M. Hellman, profesor de trabajo social y Director del Centro de Investigación sobre la Esperanza ha dedicado su carrera a investigar la esperanza como una fuerza psicológica que ayuda a superar el trauma y la adversidad. Su coautoría en el galardonado libro “Hope Rising: How the Science of Hope Can Change Your Life” habla de cómo la ciencia de la esperanza puede transformar nuestras vidas y destaca que la esperanza no es solo un deseo pasivo, sino una forma de pensar que implica 3 aspectos:
- Metas
- Identificación de alternativas y posibilidades
- Agencia y motivación para avanzar
Pero ¿Cómo tener esperanza en un mundo con tantos problemas? Jane Goodall, en su libro “El libro de la esperanza”, destaca cuatro razones fundamentales para tener esperanza en la humanidad y en el futuro:
- La asombrosa inteligencia humana
- La resiliencia de la naturaleza
- El poder de los jóvenes
- El espíritu humano indomable.
Estos pilares fundamentales resaltan la capacidad humana y han sido lo que ha permitido a la humanidad enfrentar desafíos y construir un futuro mejor.
El Dr. Dan J. Tomasulo enfatiza la importancia de centrarse en lo que podemos controlar como un medio para cultivar la esperanza. Las personas con altos niveles de esperanza tienen pasión y energía que los impulsa a lograr lo que desean, son optimistas y ven los retos como oportunidades. La esperanza implica más que solo pensamiento positivo; involucra realidad y acción.
Construyendo Esperanza:
Aquí te dejo diez recomendaciones y ejercicios para Nutrir la Esperanza en tu vida y ayudar a nutrirla en los demás:
- Plantéate Metas
- Es importante que te pongas metas de corto, mediano y largo plazo, de preferencia escríbelas y desmenúzalas en pequeñas micro metas que sean fáciles de lograr.
- Celebra los Pequeños Logros:
- Reconocer y celebrar los logros, por pequeños que sean, fortalece la percepción de capacidad y contribuye a una mentalidad positiva para pasar del “no puedo” al “si pude”.
- Inventario de Fortalezas:
- Realizar un inventario de nuestras fortalezas personales nos conecta con nuestras habilidades y recursos, nutriendo la autoeficacia y la esperanza.
- Historia de retos superados:
- Reflexionar sobre adversidades superadas en el pasado y hacer recuento de los regalos ocultos que esas adversidades te han dejado, fortalece la resiliencia y refuerza la convicción de poder superar desafíos futuros y crecer a partir de ellos.
- Gratitud y Recuento Positivo:
- Dedicar tiempo diario a reflexionar sobre aspectos positivos fortalece la esperanza, activando áreas cerebrales asociadas con el placer y la motivación.
- Mientras que la gratitud se centra en reconocer lo bueno que tienes en el presente, para lo cual te recomiendo llevar un diario de gratitud donde apuntes por lo menos 3 cosas que agradeces específicamente de tu día. El recuento positivo va más allá, al revisar eventos positivos del pasado, alimentando la esperanza a través de la retrospectiva positiva.
- Imaginación, Creatividad y Visualización:
- La esperanza implica una disonancia entre la realidad actual y el futuro esperado, para ello, la capacidad de imaginar un futuro mejor es esencial. Dedicar tiempo a visualizar un futuro positivo activa neurotransmisores asociados con el bienestar, fomentando una actitud optimista hacia el porvenir.
- Todas las mañanas, cierra tus ojos y visualiza el mejor futuro que quieres crear, visualiza el resultado final y también los pasos que irás tomando para lograrlo. Visualízate superando los obstáculos que se puedan presentar en el camino y disfrutando el proceso. Haz tu visualización tan vívida como te sea posible, incluyendo sonidos, colores, texturas, emociones, olores, etc. La visualización activa la imaginación, una herramienta clave para la construcción de la esperanza. Y recuerda: El cerebro no distingue entre realidad e imaginación, así que estarás preparándote y predisponiéndote para lograr tus metas.
- Labor Social y Actos de Generosidad:
- Participar en acciones de bondad y compartir historias inspiradoras fortalece las conexiones sociales, contribuyendo a un sentido de pertenencia y esperanza colectiva.
- Contribuir al bienestar de los demás mediante acciones sociales y actos de generosidad no solo nutre la esperanza propia sino también la de quienes nos rodean, generando un efecto positivo en cadena, como encender la luz de la vela de otros, con la luz de la tuya.
- Rodéate de personas positivas y optimistas:
– Sin dejar de ser realista, objetivo y compasivo con otros puntos de vista, recuerda que tu mentalidad se ve influenciada por las personas más cercanas a ti, así que procura incluir a gente que vive con esperanza y optimismo en tu círculo cercano.
- Enfócate en el presente:
– Las personas con bajos niveles de esperanza tienden a vivir angustiados por el futuro o dándole vueltas a las cosas malas del pasado. La esperanza se nutre de evaluar tu situación presente, ver lo que sí tienes hoy y considerar todas las posibilidades de solución.
- Auto reflexión y permiso de ser humano:
– Para nutrir la esperanza aprende de tus errores, corre ciertos riesgos, perdónate, se compasivo y vuelve a intentarlo. Tu capacidad de acumular experiencias y aprendizajes nutrirá tu confianza y esperanza en un mejor futuro.
Recuerda que en lo que te enfocas se expande y lo que practicas es en lo que te vuelves un experto, así que enfócate en lo que sí puedes hacer y practica la esperanza.
Uno de los ingredientes de lo que yo llamo “Alquimia Emocional, el arte de transformar la adversidad en oro para tu crecimiento” y que menciono en mi libro del mismo nombre, es la FE entendiéndola en 2 sentidos: La Fe en una fuerza superior que todo lo sostiene y la Fe en uno mismo, refiriéndome a la confianza en nuestro propio potencial que nutre la esperanza en un futuro mejor y un crecimiento después de la adversidad.
Conclusión:
En un mundo donde aparentemente la obscuridad nos invade, la esperanza se presenta como un faro brillante que nos indica el camino, recordemos que nutrir la esperanza es un acto de sabiduría. La esperanza no solo nos permite ver más allá de lo que está mal, sino también creer y actuar para mejorar nuestras circunstancias. La esperanza conlleva una responsabilidad personal para lograr aquello que esperamos. En la conexión de la ciencia, la cultura y la experiencia humana, encontramos un recordatorio inspirador de que la esperanza es un recurso infinitamente renovable que reside dentro de cada uno de nosotros.
¡Que esta reflexión y la práctica diaria para nutrir la esperanza, iluminen nuestros caminos hacia ese futuro más pacífico, más próspero, más amoroso y más feliz que todos deseamos y podemos co-crear!
Felices fiestas