Sandy Mora

Alquimia Emocional

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¿Quién es sandy?

Sandy Mora (Sandra Mora Fernández Mac Gregor), Nació en la Ciudad de México y reside desde hace 2 décadas en Santiago de Querétaro.

Es Licenciada en Ciencias de la Comunicación con una Maestría en Desarrollo del Potencial Humano.

Tras más de 20 años en el mundo corporativo (en áreas de Publicidad, mercadotecnia y promociones) y después de fuertes vivencias que involucraron, entre otras cosas, cáncer de mama y la Insuficiencia renal y transpante de uno de sus tres hijos, encontró su sentido y propósito de vida en el acompañamiento de individuos y grupos en temas de Desarrollo Humano, especializándose particularmente en resiliencia (Alquimia Emocional) y manejo del cambio.

Su objetivo principal es ayudar a otros a encontrar su propio potencial, conectar con su GPS interno, fortalecer su capacidad resiliente y adaptativa y a crecer aún en sus momentos más difíciles.

Esto lo hace a través de conferencias, webinars, talleres, facilitación de grupos, acompañamiento 1 a 1, su libro "Alquimia Emocional, el arte de transformar la adversidad en oro para tu crecimiento", y su podcast; "El Club de la limonada, sacándole jugo a la vida".

Trabaja también como Instructora de capacitación para equipos empresariales, y es practicante de Barras de Access Consciousness (R).

Es una firme creyente en la naturaleza bondadosa del ser humano, en la responsabilidad que cada uno tiene en la forma como responde a sus circunstancias y genera su realidad, en que el corazón es quien tiene las respuestas y que TODOS tenemos la capacidad de decidir vivir plena e intensamente,  celebrando la vida TODOS los días.

Sandy-Mora-Profile

UN POCO SOBRE MI...

¿Alguna vez has usado alguna de estas palabras para describirte? : Resolutivo, racional, perfeccionista, analítico, orientado a resultados, controlador, eficiente, sensato, inteligente, cuestionador…

¡Esa era yo! Esa era mi lista de “Fortalezas”, la que echaba por delante con actitudes o con discurso en cada entrevista de trabajo, en cada nueva interacción social o laboral.

A lo largo de mi vida aprendí que ser así me daba resultado, me ayudaba a salir adelante, me daba reconocimiento y valía, pero sobre todo, me protegía. Ser de esa forma me ponía en un lugar donde mostrar mis sentimientos no era necesario, donde exponer mi corazón no era requerido, donde podía, perfectamente, cubrirlo con una barrera de argumentos racionales, lógicos e irrebatibles. Estaba resguardado, no tenía por qué arriesgarlo a ser herido o juzgado… Lo que había detrás de esa fachada de "Mujer Maravilla" hoy me resulta evidente: ¡Terror! ¡Pánico! Algo asumido desde una herida y carencia infantil muy primaria, un miedo terrible a ser rechazada, lastimada, juzgada, no suficiente…

Esa "fachada" me ayudó a sobrevivir por mucho tiempo, pero la vida se ha ido encargando de mostrarme que algo me estaba haciendo falta, algo contenido e ignorado, algo que no me terminaba de permitir sentirme completamente satisfecha, plena, contenta y en paz: El camino de los sabores dulces y agridulces, el de las emociones, los sentimientos, las lágrimas de todos los matices, las sonrisas, las carcajadas y el gozo. El camino del corazón expuesto, el de la vulnerabilidad, la imperfección y el amor.

No digo que algunas de mis “cualidades” citadas más arriba no sigan siendo necesarias y muy funcionales, lo que digo es que eran parciales, incompletas, encendían la mitad de mi ser y lo relegaban y juzgaban como algo innecesario, débil, poco eficaz, riesgoso, incluso tonto… ¡Qué equivocada estaba y qué tamaño de sacudidas fueron necesarias para despertarme!

APRENDIENDO A GOLPE DE CINCEL...

He tenido mi dosis de pérdidas. Desde un padre ausente y desobligado (que hoy entiendo que su nivel de conciencia y su propia historia no le dieron para más), hasta el divorcio de mi primer matrimonio; haber perdido una propiedad por abuso de confianza de amigos cercanos; un hijo al borde de la muerte con una enfermedad renal terminal, un año de hospitales y finalmente un transplante; Padecer un cáncer de mama que requirió todo el circo, maroma y teatro de mastectomía, quimio y radiaciones; Después perder un trabajo corporativo de 12 años; una depresión; hasta una fuerte crisis y quebranto de un segundo matrimonio… pasando por una gama de sucesos intermedios que no difieren mucho de lo que a todos nos toca, de una u otra forma, ir enfrentando en la vida.

Pero también he tenido mis grandes dosis de bendiciones, gracia divina y regalos de vida que, en la mayoría de las ocasiones y paradójicamente, han venido junto con o gracias a las crisis. A punta de trancazos, porque creo que mi caparazón y cabeza dura así lo requerían, fui descubriendo que:

El miedo paraliza y el amor mueve.

Que la lógica racional sirve para habilitar, justificar u ocultar lo que en el fondo nos impulsa: los sentimientos.

Que quien va al mando del timón, nos guste o no, es el CORAZON. Y que cuando no queremos escucharlo y lo ignoramos deliberada o inconscientemente, generalmente terminamos en donde no queremos, sintiéndonos como NO queremos.

Que se necesita tener un equilibrio y que si bien la mente, la lógica y la razón ayudan, siempre quien debe tener la voz cantante es el CORAZÓN.

Que tener esa sensibilidad es lo que nos hace resilientes y capaces de crecer ante la adversidad.

Que los sentimientos emanan del alma y que es ella la que nos une a la divinidad, con nuestra parte creadora y creativa, la que nos acerca a Dios, a nuestro propósito y nuestra esencia.

Hoy, la vida se ha encargado de romper mi armadura, abrirme el pecho y sacar mi corazón para que vea la luz, y sienta, sienta, sienta…

Gracias a todo esto es que hoy puedo acompañarte de una manera empática y amorosa, pero también práctica y aterrizada para que ccalibres tu GPS interno, ejercites el músculo de la resiliencia, encuentres tu potencial y enciendas tu propia luz en medio de la adversidad que te está tocando vivir, y que puedas salir de ella transformada (o), más sabia (o) y más plena (o).  Siendo un gran ALQUIMISTA EMOCIONAL.

Gracias por permitirme apoyarte en tu proceso.

Escucha a tu corazón

Mi propósito es ayudarte a encontrar la capacidad que tienes de poder “rebotar” de los momentos complejos de la vida haciendo uso de tus propios recursos, tomando como centro tu GPS interior. Mi intención es ayudarte a conectar con tu corazón, a reconocer tus emociones y sentirlas para sanarlas. A escucharte para  que empieces a guiar tu vida en base a lo que te hace SENTIR BIEN. A que atravieses tus circunstancias, cuales quiera que sean, logrando aprender y crecer en el proceso, encontrando el regalo oculto.

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No soy, ni pretendo ser, mejor que nadie. Me equivoco y la riego con singular frecuencia… Simplemente quizá ya me tocó caminar por donde tú estás pasando ahora y eso pueda servirte de algo. Así que, esta soy yo: En mis cuarentas; Comunicóloga; Maestra en Desarrollo Humano; Madre de tres; Sobreviviente de cáncer; Amante de bailar (me encanta la salsa); Controladora en rehabilitación; Idealista y realista; Racional y emocional; Seria y extrovertida; Miedosa y echada para adelante; Optimista y abogada del diablo; Contradictoria, intensa; Buscando el equilibrio; Malabarista de roles y actividades; Alquimista de la adversidad cuando conecto con el corazón; aprendiendo y creciendo en el camino. Una obra en proceso constante, buscando mejorar continuamente, tratando de contribuir con mi granito de arena a hacer de este planeta un mejor lugar, de tocar la vida de quienes me rodean de forma positiva y de despertar conciencias al mismo tiempo que despabilo también la mía, buscando disfrutar y celebrar la vida TODOS los días.

Esta soy, y lo que soy es lo que tengo para ofrecerte como apoyo en tu propia búsqueda.

¡Gracias por dejarme acompañarte!

Sandra Mora ©2019 | Política de Privacidad | Tel: (442) 467 6031